En el entorno de la informática y la tecnología, la ASM (Administración de Superficie de Ataque, por sus siglas en inglés Attack Surface Management) juega un papel fundamental en la protección y seguridad de las organizaciones. La ASM se encarga de identificar, analizar y priorizar los activos que podrían ser vulnerables a ataques cibernéticos, con el objetivo de tomar medidas preventivas y correctivas para mitigar los riesgos.
Descubrimiento de activos
El primer paso en el proceso de ASM es el descubrimiento de activos. Esto implica la identificación automática y continua de los activos de hardware, software y en la nube que tienen acceso a Internet y podrían convertirse en puntos de entrada para hackers o ciberdelincuentes. Estos activos pueden incluir:
- Activos conocidos: se refiere a la infraestructura y recursos de TI que la organización conoce y gestiona activamente, como servidores, dispositivos móviles, aplicaciones y bases de datos.
- Activos desconocidos: son aquellos que utilizan recursos de la red sin el conocimiento del equipo de TI o de seguridad. Esto puede incluir hardware o software desplegado sin aprobación oficial, como aplicaciones en la nube utilizadas por los empleados sin supervisión.
- Activos de proveedores o terceros: son activos que forman parte de la infraestructura de TI o cadena de suministro digital de la organización, pero que no son de su propiedad. Esto puede incluir servicios en la nube, API y otros recursos utilizados en el sitio web de la organización.
- Activos subsidiarios: se refiere a los activos pertenecientes a redes de empresas filiales de una organización, que pueden pasar desapercibidos después de una fusión o adquisición.
- Activos maliciosos o fraudulentos: son activos creados o robados por actores de amenazas con el objetivo de atacar a la organización, como sitios web de phishing o datos confidenciales robados.
Clasificación, análisis y priorización
Una vez identificados los activos, se procede a su clasificación, análisis y priorización. Los activos se catalogan según su identidad, dirección IP, propiedad y conexiones con otros activos en la infraestructura de TI. Se realiza un análisis en busca de vulnerabilidades y se evalúa el nivel de riesgo asociado a cada activo.
La priorización de las vulnerabilidades se basa en una evaluación de riesgos que tiene en cuenta varios factores, como la exposición de la vulnerabilidad, la facilidad de explotación y las posibles consecuencias. Esto permite al equipo de seguridad establecer un orden de corrección y asignar recursos de manera efectiva.
Corrección
Una vez priorizadas las vulnerabilidades, se procede a su corrección. Esto implica la aplicación de controles de seguridad adecuados, como la instalación de parches de software o sistemas operativos, la depuración de código de aplicaciones o la implementación de un cifrado más fuerte. También se incluye la gestión de activos previamente desconocidos, estableciendo estándares de seguridad y eliminando aquellos que ya no son necesarios.
Además, la corrección puede implicar medidas más amplias entre activos, como la implementación de autenticación de multifactores o la limitación de privilegios de acceso.
Supervisión
La supervisión continua es otro aspecto clave de la ASM. Dado que la superficie de ataque digital está en constante cambio, es necesario monitorear y analizar de forma continua los activos y la red en busca de nuevas vulnerabilidades y vectores de ataque. Esto permite una detección temprana y una respuesta rápida ante posibles amenazas.
La ASM desempeña un papel esencial en la protección de las organizaciones contra ataques cibernéticos. A través del descubrimiento de activos, la clasificación y priorización de vulnerabilidades, la corrección y la supervisión continua, se logra reducir los riesgos y mantener la seguridad de la infraestructura de TI.
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